¿Aceptas o te resignas?
¿Crees que son lo mismo? Tal vez te pase como a algunos de mis consultantes que creen que están aceptando cuando en realidad lo que están haciendo es resignarse. Existe una gran diferencia entre estos dos términos.
Cuando se entiende y se aplica se empieza a ver el mundo de diferente manera. Las reacciones emocionales cambian, incluso me atrevo a decir, que estas reacciones desaparecen.
¿Por qué ocurre tal fenómeno? Pues la explicación es simple en realidad. Cuando se acepta, es porque se ha logrado comprender lo que está ocurriendo y si se comprende entonces ya no hay enojos, ni malos entendidos, ni críticas, ni juicios.
La comprensión conduce de manera automática al perdón. Y donde hay perdón hay amor, belleza y perfección.
Se oye muy bonito y se piensa que es fácil, pero la práctica profesional de todos estos años me ha revelado que “aceptar” tiene un tremendo grado de dificultad. Implica renunciar a las expectativas pasadas, presentes y futuras; es dejar de lado el ego, cargado de creencias y de distorsiones de la realidad.
No hay nada más difícil que “Aceptar”. Pero una vez que esto ocurre estamos en concordancia del correcto conocimiento de lo que es nuestro SER.
Aceptar entonces nos lleva al amor incondicional, ese amor que ese desde dentro. Amamos todo y a todos tal y como son, sin esperar nada a cambio.
Ahora bien. Cuando no estamos en este amor incondicional interno, sino que buscamos el amor incondicional fuera de nosotros, operamos desde el ego, compuesto por una serie de sistemas que tienen sus principales bases en el miedo.
Este amor incondicional que se busca fuera, externo, es el que exige, se queja, critica, se frustra, se siente engañado y traicionado por las expectativas que sostiene.
Te invito a ver este video. Espero te permita aclararte mejor en este tema. Estoy segura de que será altamente beneficioso en tu vida.
Hasta la próxima.
Yo Soy Luisa Isabel, Sembradora de paz y consciencia.