El apego puede ser definido como una vinculación mental y emocional, que puede llegar a ser obsesiva. De ahí que surja la pregunta de si es bueno o malo. Puede tenerse apego a objetos, personas, actividades, ideas o sentimientos. Pero, el apego, ¿es bueno o malo?
Si hablamos de tener apego a:
- al sexo,
- la fama,
- la aprobación,
- las compras,
- la moda,
- la comida,
- las posesiones materiales,
- al trabajo,
- a la riqueza,
- al poder,
- a la virtud,
- a la espiritualidad,
- al celular,
- al internet,
- a la comodidad,
- al sufrimiento,
- al ejercicio físico,
- a la belleza,
- al amor,
- al éxito,
- al pasado,
- a la tradición,
- a una forma de pensar,
- o a las cirugías plásticas…
Podemos decir que el apego es malo.
No así, cuando hablamos al apego principalmente a los padres.
De hecho, este primer apego, además de ser necesario para nuestra sobrevivencia cuando somos pequeños, bien llevado por los padres o cuidadores resulta ser la mejor formación emocional que se puede recibir para llevar a cabo un excelente desempeño en la edad adulta.
Pero si no se desarrollo este apego “sano”, entonces el resultado será negativo, Se buscará obtener de los demás: placer, ser feliz, ser querido y admirado.
La persona apegada está convencida de que sin ese vínculo no podrá ser feliz, no podrá lograr sus metas o tener una vida satisfactoria. Busca obtener una seguridad psicológica y una realización personal.
Cuando estás libre de apegos, estás dispuesto a soportar la pérdida de personas o cosas. Eres emocionalmente independiente. Puedes seguir adelante, sin deprimirte, sin estar abatido por la pérdida, simplemente, sigues adelante.
Tipos de apego
Los estudiosos de la materia han clasificado el apego en apego seguro y apego inseguro, yo diría entonces que, el apego seguro es bueno, pero en la infancia, y que el apego inseguro, es malo y es el que normalmente manifestamos en la edad adulta.
El apego seguro se desarrolla en la niñez y permite relaciones interpersonales sanas, naturales y confiadas.
Se genera cuando los padres ven a su pequeño con amor, lo sostuvieron en momentos difíciles y los alentaron se forma en el pequeño creencias muy positivas.
Ese pequeño que con el tiempo se convertirá en adulto siente que “merece ser querido”, “vale”, “es capaz de resolver problemas”, “aunque las cosas salgan mal, el se siente capaz y suficiente” ,“puede equivocarse y no es el fin del mundo”, se siente a salvo y lleno de amor.
Por el contrario, cuando la persona no ha contado con modelos de apego seguros de sus padres, es decir, aquellos niños que no han sido calmados y sostenidos cuando han sentido perturbación o malestar.
Cuando no fueros satisfechos en sus necesidades básicas, bien porque no han sido consolados cuando se han caído o cuando no han logrado sus pequeños objetivos o bien cuando su malestar ha pasado inadvertido, tienden a crecer sintiéndose inseguros, con dificultades para manejar la ansiedad, el enfado o la rabia cuando no obtenían lo que esperaban, o cuando las cosas salían mal.
Las creencias que desarrollan sobre sí mismos son algo así como “no valgo nada”, “las cosas salen mal”, “estoy en peligro”, “nadie me entiende”, “no soy visto”.
Creencias que no desaparecen en la etapa adulta, por lo que la persona tiende a desconectarse o a enfadarse y le cuesta adaptarse a las diferentes situaciones.
Te invito a que veas el video que he dejado en mi canal de YouTube y te informes más sobre este apasionante tema.
Yo soy Luisa Isabel, Sembradora de paz y consciencia
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