Feng Shui, con una antigüedad de 5,000 mil años aprox., literalmente significa viento y agua, Arte ancestral basada en la cosmogonía china, que busca la mejora de las condiciones ambientales que fomentan el bienestar y la armonía general del individuo con su entorno.
Para los chinos hay 5 elementos principales y cada uno de nosotros tiene uno de estos elementos que dominan y que moldean nuestra personalidad, pero también esos elementos se encuentran presentes en nuestro entorno.
Saber balanceados y armonízalos es el propósito de este arte milenario.
Nuestro invitado lo define como “la seducción subliminal aplicada a un espacio”, yo diría es “una terapia que va de afuera hacia adentro”. Pero cualquiera que sea la definición no interfiere en los beneficios que el Feng Shui aporta a la vida de las personas.
Este post me encanta porque aparte de que nos explica de donde puede venir la forma de aplicarlo y nos brinda algunos fundamentos cargados de mucha lógica, también nos invita a adecuar estas enseñanzas a nuestra personalidad y nuestra cultura.
Hace algunos años, con el boom del Feng Shui, las tiendas chinas en nuestro país hicieron su agosto, vendiendo una serie de objetos pertenecientes a su cultura y utilizados para armonizar los espacios, pero en realidad esto no es indispensable.
En realidad, no tiene sentido llenarse de cosas chinas que son muy ajenas a nuestra cultura.
Cada uno de nosotros debe de adecuar los espacios en función de nuestras propias creencias y gustos y eso es algo de lo que nos explica nuestro invitado de hoy, el arquitecto Antonio Azori, quien nos ofrece con claros ejemplos soluciones alternativas y muy sencillas para llevar esta terapia a nuestras casas y nuestro espacio.
Te invito a que te quedes con nosotros y llenes de armonía y paz cada uno de los espacios que habitas, ¡sin necesidad de poner sapos de tres patas ni baguas en las puertas!
¡Espero lo disfrutes!
Yo soy Luisa Isabel, Sembradora de paz y consciencia
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