La negatividad
Creo que todos alguna vez hemos querido cambiar algo dentro de nosotros mismos. Existe un comportamiento, una actitud, una forma de hacer las cosas que no nos agrada del todo y nos gustaría ser de manera diferente.
Descubrimos de vez en vez, o a lo mejor de manera frecuente, que tenemos algo de maldad, de crueldad y no nos gusta tanto. Quisiéramos ser “buenos” todo el tiempo. Y es ese querer ser buenos lo que hace que en verdad no lo seamos y lo que causa grandes estragos a nuestra propia vida y a toda la humanidad en general, ¡aunque tú no lo creas!
Ya en otro post platicaremos de cómo nuestra energía negativa que dejamos “por ahí tirada” puede tener grandes repercusiones.
Cuando pensamos en términos de bueno y malo estamos frente a una posición dualista de la vida. Tendemos a creer que una fuerza destructiva es opuesta a una constructiva y por ende buscamos irnos de la polaridad negativa a la positiva, aumentando así la dualidad en nuestras vidas. Es común pensar entonces “Estos son mis sentimientos negativos, quisiera tener sentimientos positivos en su lugar”.
Sin embargo, solo existe una sola fuerza vital que se plasma en cada expresión de la vida. Esta fuerza vital puede influir de manera constructiva y positiva o bien puede convertirse en una corriente destructiva y negadora.
Por darte algunos ejemplos, puedo mencionar que hay un cambio de esta fuerza vital positiva en negativa cuando los sentimientos de amor se convierten en miedo y hostilidad o la confianza en desconfianza, integridad en deshonestidad, pureza en impureza, engaño y malicia en bondad, etc., y este poder negativo produce un dolor tan insoportable que los sentimientos relacionados con él son completamente adormecidos.
Entonces, no se trata de convertir el miedo en amor, se trata de regresar a la corriente natural de la fuerza vital. Pero… para poder hacer esto necesitamos reconocer que en este estado de negatividad existe cierto placer, tal vez muy dentro de uno, pero existe. Esta es la verdadera razón por la cual la negatividad se conserva y nos apegamos a ella de tal manera que parece casi imposible su disolución.
Cuando placer y destructividad se encuentran ligados no es posible abandonar a ésta última. Escucha más de este tema en nuestro podcast “El apego a la negatividad” con nuestra invitada Margarita González de la Parra. ¡Espero te ayude a comprender cada vez más este maravilloso mundo de la consciencia!
Yo soy Luisa Isabel, sembradora de Paz.
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