La navidad es una época del año que invita al amor, al recogimiento, a las fiestas, al encuentro con muchos de nuestros familiares. Una reunión en la que es habitual charlar de muchos temas, entre ellos algunos no tan gratos.
Para decir verdad, la navidad no a todos les encanta, puede ser una época difícil y llevar incluso a la depresión. Siendo una época de amor lleva al contraste de no sentir ese amor, esa felicidad que se supone debería embargar los corazones.
Para poder salir de semejante situación, es necesario entender que mucho parte de nuestra propia decisión, querer reconciliarse, querer otorgar el perdón… perdonar… ¡sí! perdonar, pero de verdad.
Qué significa perdonar
Se dice que el perdonar es divino, pero para poder entenderlo tenemos que hacer referencia a lo que también significa “disculpar”. La disculpa se pide y se da a aquel que hace daño sin tener intención. El perdón, se otorga a aquel que teniendo toda la intención te provoca un mal. Y entonces se perdona, no se disculpa. Y es ahí donde las cosas se complican. Porque es difícil perdonar a aquel que te hizo daño, y que te lo hizo sabiéndolo.
Ahora bien, al momento de nacer nos cubre un velo que no nos deja recordar nuestra unidad con la divinidad, pero esta capacidad divina existe en cada uno de nosotros desde el día en que fuimos concebidos.
¿Es bueno perdonar?
No he conocido a una persona hasta el día de hoy que diga que perdonar es malo. Sino todo lo contrario, te beneficias enormemente cuando decides perdonar, esta acción te permite vencer el pasado y te acerca al cumplimiento de tu verdadero potencial, a vivir una vida con mejor calidad.
Cuando quitas de tu mente eso que no te deja vivir, tu mente se aclara, es más positiva, podrás dar más de ti, estarás más feliz y serás más amado. ¿Se puede pedir más?
Aprender a perdonar
Estos son algunos pasos sencillos que te ayudarán a perdonar:
1. Aunque tengas la voluntad de perdonar, pero tienes también la necesidad de condenar, entonces no estás perdonando, puesto que la consciencia de haber sido víctima persiste y nada cambia. Ten la voluntad de perdonar y deja de condenar, deja la conciencia de víctima y victimario, deja de decir que el otro te ha perjudicado y por lo tanto es responsable de tu pérdida de felicidad y paz.
2. Toma una posición como lo haría la divinidad. Acepta que aquello que te ocurrió cumplió con un plan divino, porque aunque no lo sepas o no lo veas, seguimos conectados con el mundo de la metafísica, seguimos existiendo en el mundo espiritual.
3. Acepta que hay un plan divino en donde todos los personajes y todos los dramas forman parte de un guion y por lo tanto todo lo que nos pasa, nos pasa por nuestro mayor bien.
Difícil de entender… no lo creo, pero difícil de aceptar, sí. Un paso a la vez.
Yo deseo que en estas fechas y siempre, tu despertar de consciencia se esté dando todos los días.
Yo soy Luisa Isabel, Sembradora de paz y consciencia
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