Enfermedad
¿Te parece esto posible? ¿has pensado alguna vez en la posibilidad de que tus enfermedades sean el “síntoma de algo que te ocurre a nivel emocional?
Pues, aunque tal vez no lo creas parece ser que en realidad así es. Los autores del libro “la enfermedad como camino”, Rüdiger Dethlefsen, Thorwald, Dahlken definen a la enfermedad como la pérdida de la armonía espiritual del ser, manifestada en el cuerpo en forma de síntoma.
En realidad, no son los únicos que dicen esto, existen muchísimas personas que afirman tal situación de ahí la existencia de la nueva medicina germánica con Hamer, que decir de Louise Hay o la biodescodificacion con Enric Corbera, por mencionar solo a algunos. (Que me disculpen todos los que me faltaron!!!)
Entonces, podríamos decir que un enfermo no es la víctima inocente de las equivocaciones cometidas por la naturaleza, sino el creador absoluto de sus castigos, en este caso llamados enfermedad.
Dejando un poco la teoría de lado, quisiera compartir contigo mis propias experiencias al respecto.
No hace mucho, llegó a mi consulta un chico desesperado, “de verdad estoy enfermo” me dijo.
Padezco de los riñones, el colesterol se me ha ido al doble, aunque no tengo sobrepeso y como sano, estoy sufriendo de taquicardias y siempre los lunes por la mañana al despertar siento que me ahogo, no puedo respirar y comienzo a sudar frio. Tomo una gran cantidad de medicinas, pero aun así me sigo sintiendo mal, concluyó.
Su situación laboral es de mucho estrés, está obligado a dar altos resultados en el departamento de ventas y cada que un prospecto no se consolida, su angustia aumenta.
¿Desde cuándo empezaste con estos trastornos? Le pregunté. Después de hacer memoria, recordó que empezó justo cuando lo habían ascendido a gerente general de la empresa en donde trabaja. Sus responsabilidades se triplicaron, y a modo de confesión me dijo que ese puesto sentía que le quedaba algo grande. No se sentía capaz de llenarlo.
Felizmente, encontramos los detonantes, emociones mal manejadas que van y se depositan en los diferentes órganos y que desde ahí provocan serios trastornos.
Los riñones son depositarios del miedo, el colesterol alto indica una sensación de soledad y de no contar con nadie, las taquicardias y los sofocos los lunes por la mañana son provocados por ataques de ansiedad ocasionados al quedar secuestrado por su mente, una nueva semana, nuevos retos que enfrentar.
El síntoma (la enfermedad), nos indica, como seres dotados de alma, que hemos perdido el equilibrio interno. Pero ante la ignorancia de tal situación buscamos resolverlo con una pastilla que nos es recetada, para eliminar la molestia sin ocuparnos de combatir la causa.
Nos haría mucho bien preguntarnos ¿Cuál es la causa que provoca esto en mi cuerpo?
En la medida que vayamos respondiendo a estas preguntas estaremos en vías de verdaderamente sanar nuestro cuerpo.
En este post que te dejo, una plática reveladora con mi invitada Verónica Silva, permitirá que lo que lees en estas líneas lo oigas de una persona que ha vivido no enfermedades propias, pero si las enfermedades de los seres que más se aman, sus hijas. ¡Quédate con nosotras!
