Poder definirla no es cosa fácil. Hablar de espiritualidad no es hablar de religión, este término está mas relacionado con un propósito, o haber encontrado el sentido de vida, y además mantener una relación con Dios, el Creador.
También tiene que ver con tener convicción, confianza y estar dispuesto todo el tiempo a hacer lo correcto.
Entonces, la espiritualidad es buscar el máximo desarrollo del ser humano, es volver a ligarse con ese principio originario, con ese algo que ha dado origen a todo. La espiritualidad más que entender a Dios busca conectar con Dios.
Pero en este conectar con Dios, no estamos hablando de religión, pertenecer a una iglesia, ir a un templo no asegura que una persona sea verdaderamente espiritual.
La familia, al ser el núcleo central del cual parte la sociedad, se convierte en un foco al cual se debe prestar especial atención tratándose de espiritualidad.
La forma en que los individuos dentro de la familia se relacionen con su individualidad espiritual permitirá que tengan un propósito y valor como persona, pero además estimula la esperanza, refuerza las normas sociales positivas y proporciona una red social de apoyo dentro de la familia a la que se pertenece.
De esta manera, se mejora el bienestar personal de cada miembro por pertenecer a familias espiritualmente fuertes.
Pero esto no queda nada más a este nivel, sino que la espiritualidad también tiene un efecto positivo en la salud física de los miembros pues ayuda a fortalecer el sistema inmune, acelera las recuperaciones posquirúrgicas, a dormir mejor y estar más alerta entre otros muchos beneficios.
Y, ¿Cómo lograr la espiritualidad en familia?
Fomentando la búsqueda de cada uno de los miembros para su mayor desarrollo, partiendo de sus necesidades, sus habilidades y sus gustos; brindado apoyo para que cada integrante alcance su mayor potencial.
Habla con tus hijos, con tu pareja de temas espirituales, de tus experiencias, de los desafíos que sabes enfrentaste con la ayuda de este ser superior.
Señala las cosas simples de la vida que a pesar de su simpleza solo son producto de un Creador más allá de nuestro propio entendimiento y muchas otras cosas más que podrás escuchar en este post con mi invitado José Manuel Carrillo.
Yo soy Luisa Isabel, Sembradora de paz y consciencia.