seres de luz

Somos Seres de luz experimentando la tercera dimensión

Los seres de luz encarnados en la densidad de la tercera dimensión son conceptos que se han explorado en varias tradiciones espirituales y filosóficas. Y nosotros, somos seres de luz experimentando la tercera dimensión.

Somos seres considerados almas avanzadas que han elegido encarnar en el plano terrenal con el propósito de aprender y crecer espiritualmente, así como para ayudar en la evolución colectiva de la humanidad.

Muchos de los humanos encarnados en la tercera dimensión son almas altamente evolucionadas que han decidido venir a este plano para aportar su:

  • sabiduría, amor y luz

Su objetivo es ayudar a elevar la conciencia colectiva, fomentando el amor, la compasión y la unidad.

 Los seres humanos son seres de luz

Esto se basa en que todos los seres vivos, incluidos los humanos, están compuestos de energía y que esta energía se manifiesta como luz.

Además, la luz que emana de los humanos varía en su intensidad y que se puede intensificar a través de prácticas espirituales como la meditación y la conexión con fuentes de energía divinas.

Entonces, se podría decir que los seres humanos son considerados seres de luz en la tercera dimensión  porque se perciben como seres compuestos de energía y luz.

¿Qué es la tercera dimensión?

La tercera dimensión se refiere al nivel de existencia en el que experimentamos nuestra realidad física y material.

Es un plano de dualidad, donde existen contrastes como el bien y el mal, la luz y la oscuridad, y donde la libre voluntad y la capacidad de elección desempeñan un papel fundamental.

Como en todo, en la luz, también hay niveles.

Los seres de luz más avanzados suelen tener una profunda conexión con su esencia espiritual y una comprensión más amplia de la naturaleza de la realidad.

A menudo, son personas que irradian una energía positiva y que tienen la capacidad de inspirar y guiar a los demás hacia una mayor conciencia espiritual.

Sin embargo, es importante destacar que como seres de luz no son seres perfectos ni exentos de desafíos y lecciones de vida.

Al igual que cualquier otra persona, también están sujetos a las pruebas y tribulaciones de la experiencia humana.  Su diferencia radica en su capacidad para trascender esas pruebas y conectar con su verdadero ser.

Estos seres encarnados tienen una mayor facilidad para recordar su verdadera naturaleza espiritual y para acceder a dimensiones superiores de conciencia. Pueden tener habilidades intuitivas, empáticas y curativas más desarrolladas, lo que les permite brindar apoyo y sanación a los demás.

Pero a medida avanzan en su camino espiritual, también pueden experimentar desafíos significativos.

La densidad de la tercera dimensión puede dificultar la conexión con su esencia divina. Pueden enfrentar la tentación de perderse en los apegos materiales y las ilusiones de la realidad física. Sin embargo, su propósito central es recordar quiénes son realmente y servir como faros de luz en un mundo a menudo dominado por la oscuridad y el sufrimiento.

Te invito a conocer más a fondo sobre este tema en el podcast que está en Spotify. Acela Villaseñor y Tania Pelayo nos explican de manera clara toda esta información que espero encuentres de utilidad.

Yo soy Luisa Isabel, Sembradora de paz y consciencia.

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