Cuando me invitan a charlar de mis temas, en especial del proceso terapéutico me siento halagada. Pero llevar el proceso terapéutico de una persona me hace sentir con una alta responsabilidad hacia quien me lo solicita. Si tú eres de estas personas que aún dudas en empezar tu proceso terapéutico de seguro lo que encontrarás aquí te será de gran utilidad.
Una consultara de imagen (Lili Jaime) y una Doctora en Educación Holista (yo), conversamos amenamente sobre este tema. Y ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Tal vez te preguntes, pero tiene que ver y mucho.
Lo que traemos internamente inevitablemente se reflejará en el exterior. Por mucho que busques la belleza externa, si no hay creencias favorables dentro de ti, de nada servirá el proceso al que te sometas. La belleza externa solo se alcanza si logras tener dentro de ti una belleza verdadera.
Tal vez por eso, en el fuerte deseo que siento de poder sacar a la luz la motivación oculta, sobre todo aquella que produce dolor, es lo que me ha llevado a ser una consultora que utiliza como una de las herramientas de trabajo la terapia conversacional.
¿Cómo escoger al terapeuta que te acompañe?
Cuando Lili me ha preguntado cómo escoger al terapeuta correcto para ti, es necesario recurrir a una dosis de intuición y otra no menos importante de sentido común. Se debe tomar en cuenta la preparación profesional de la persona, su forma de hablar y desenvolverse, los conocimientos que tiene. Además debe existir una conexión, un click y la sensación de un avance en cada sesión. También debe estar presente el descubrimiento que te permita seguir adelante con tu vida, de una manera más funcional.
¿Cuáles son los objetivos de un proceso terapéutico?
Un proceso terapéutico debe tener por objetivo que seas capaz de ver las cosas de diferente manera, pero además, que te sientas de diferente manera. Es por ello, que estos procesos no se pueden hacer en soledad, tampoco con un patrón determinado. Cada uno de nosotros es diferente. Requerimos de enfoques diferentes y explicaciones muy precisas para poder solucionar aquello que nos está pasando.
En mi caso particular, existen requisitos indispensables a cubrir en un proceso terapéutico. Trabajar de raíz para poder resolver la situación que te aqueja. Es decir, recurrir a tus recuerdos de infancia y los papeles importantísimos desempeñados por tus padres. Ambos, papá y mamá son un trabajo básico que se debe realizar.
Un segundo punto es poder nombrar todo aquello que sientes. Poder poner las palabras adecuadas, permite archivar lo que estés sintiendo o pensando. Es difícil a veces, de cierta manera somos analfabetas emocionales. Nombrar lo que verdaderamente estamos sintiendo se puede volver una labor de titantes, pero las satisfacciones son enormes.
¿Cuándo tomar un proceso terapéutico?
Cada que sientas que algo te molesta, cualquier cosa que esto sea, es un indicador que algo más profundo está empezando a molestar. Y si lo deseas, esa insignificante molestia te conducirá a sorprendentes descubrimientos.
Te invito a que te quedes en esta charla vertida de la boca de dos apasionadas de lo que hacen y que deja información muy interesante que te puede orientar en tu toma de decisiones.
Yo soy Luisa Isabel. Sembradora de paz y consciencia.
